1. Piensa en conseguir un empleo de verano
Un empleo de verano puede ayudarte a aprender cómo asumir más responsabilidades financieras, ya que:
- tendrás ingresos que decidirás cómo ahorrar y gastar;
- podrás tomar decisiones importantes relacionadas con el dinero;
- empezarás a pensar en qué otros instrumentos financieros puedes necesitar, como una cuenta de ahorros o tarjeta de crédito.
Una vez que empieces a ganar dinero, vas a poder pensar en la mejor manera de administrarlos. Cosas a tener en cuenta:
- Abre una cuenta de cheques con funciones útiles. ¿Ya tienes una cuenta? Si es una cuenta para estudiantes de secundaria, cámbiala a una cuenta para universitarios o algo similar para que esté a la par con tu próxima etapa en la vida.
- Abre una para empezar a apartar dinero (aunque sea solo un poco), para empezar a crear un fondo para emergencias y metas futuras.
- Configura depósito directo como una manera fácil de acceder a tu dinero y automatizar tus ahorros.
2. Aparta dinero para tus gastos universitarios
Si te vas a la universidad, es importante pensar en los posibles gastos que pueden aparecer más allá de la matrícula. Salir a cenar, vivienda, artículos electrónicos, libros, fraternidades o hermandades, transporte y eventos sociales pueden aparecer de repente, pero podrían ser parte de una gran experiencia universitaria. Ahorrar para estos gastos ahora te ayudará a:
- estar mejor preparado en situaciones inesperadas;
- practicar la responsabilidad financiera al prepararte por adelantado;
- reducir el estrés de administrar tus gastos mientras pagas la universidad.
3. Actualiza o crea tu presupuesto
Ahora que has pensado en los costos asociados con asistir a la universidad, un presupuesto (PDF) puede ayudarte a sentir que tienes más control de tu futuro financiero. Es una herramienta que puede ayudarte a:
- monitorear tus gastos;
- gastar menos de lo que ganas;
- determinar si algo es una necesidad o un deseo;
- ahorrar para lo que importa.
Un método para distribuir tus ingresos es usar la regla del 50/30/20. Este método divide tus ingresos en 3 grupos:
- el 50% para “necesidades”, como vivienda, transporte y comestibles;
- el 30% para “deseos”, como entretenimiento, restaurantes, suscripciones y pasatiempos;
- el 20% para cosas como ahorrar para emergencias, estudiar en el extranjero y comprar un vehículo.
Al crear un presupuesto, asegúrate de pensar en la diferencia entre las cosas que necesitas y las que quieres. Además, no olvides incluir esos artículos esenciales que a menudo se pasan por alto, como papel higiénico, artículos de lavandería y de cuidado personal, gastos que se pueden sumar rápido.
4. Gasta sabiamente
Para ayudarte a evitar gastos caprichosos, practica gastar con intención. A medida que te desplaces por esta nueva experiencia financiera, algunos hábitos pueden alterar tu presupuesto, como:
- comprar de manera impulsiva;
- gastar en las tendencias de moda;
- tener suscripciones que no usas.
Para ayudar a evitar este tipo de gasto, revisa tu presupuesto y tus metas a menudo, y asegúrate de identificar lo que es una necesidad frente a lo que puede ser un deseo. Quizás esa compra no sea una buena oferta si en realidad no necesitas el artículo. Quizás ese artículo de moda no valga la pena si terminas en una situación económica difícil. Si no has usado esa suscripción por un tiempo, asigna ese dinero a tus metas para que puedas alcanzarlas más rápido.
Desarrollar buenos hábitos con el dinero ahora te ayudará a encaminarte hacia el éxito financiero en el futuro. Aprovecha la emoción de comenzar esta próxima fase de tu vida y empieza a practicar buenos hábitos con el dinero ahora.